La elevada incidencia de disfonías en los Trabajadores de la Educación ha sido objeto de múltiples estudios donde se ha constatado una elevada frecuencia de daño laríngeo, destacándose entre los factores favorecedores la falta de capacitación vocal, las desfavorables condiciones de trabajo, la carga horaria excesiva, gran cantidad de alumnos por jornada, los hábitos de abuso y mal uso vocal, y las condiciones acústicas desfavorables que las agravan. Nuestras estadísticas y diagnóstico surge de  los años de estudios realizados mediante nuestra Campaña SUTEBA va a la Escuela.
La finalidad de realizar un trabajo de este orden desde una Organización Sindical como el SUTEBA, es aportar datos relevantes referidos al inicio de los trastornos de la voz de los docentes, contribuyendo no sólo a clarificar este tema, sino a dar pelea en cada uno de los ámbitos de intervención sindical para  transformar las condiciones y medio ambiente de trabajo en espacios saludables que favorezcan el proceso de enseñanza aprendizaje.  En este sentido la semana próxima estaremos realizando una presentación a la SRT -Superintendencia de Riesgos de Trabajo-, responsable del Autoseguro y a la DGCyE -Dirección General de Cultura y Educación-, donde plantearemos la problemática de las recalificaciones laborales tempranas por problemas de salud.

RESUMEN DEL TRABAJO PRESENTADO

En argentina la disfonía en los docentes es considerada enfermedad profesional. El objetivo fue evaluar la situación de los docentes en actividad relacionando su estado vocal con las condiciones de trabajo.
Se recorrieron durante 10 meses 1238 escuelas de la provincia de Buenos Aires con los equipos de salud y representantes sindicales.
Se utilizó un examen perceptivo (R.A.S.A.T.) a cargo de una fonoaudióloga, quien evalúa síntomas vocales como ronquera, aspereza, soplo, astenia y tensión. Las profesionales, previo a un entrenamiento y supervisión constante, evaluaron las alteraciones percibidas en 8.421 docentes en su lugar de trabajo.

Conclusiones:
El 70% de los trabajadores presentaron algún grado de compromiso en su aparato fonador.
Los síntomas más detectados son la tensión, seguida por el soplo y la ronquera.
La afectación vocal aumenta con las horas de trabajo y los años de antigüedad.
El 60% de los docentes con menos de 5 años en el sistema tiene compromiso vocal.
Los profesores y maestros de grado tienen mayor afectación.
La sobrecarga en el uso de la voz genera fatiga y daño orgánico en las cuerdas vocales.
Por todo ello, es importante generar estrategias de intervención para prevenir daños a la salud.
Se deben realizar exámenes de detección precoz para prevenir alteraciones en la voz.
Es imprescindible incluir actividades de promoción de la salud en la formación docente.
El mejoramiento de las condiciones de trabajo es fundamental en la defensa de la educación pública. Esta tarea debe ser colectiva, participativa y organizada.