Silvia Almazán: Gracias por convocarnos a hablar de una iniciativa política que está recorriendo toda América Latina en un contexto y en el marco de un proceso político del cual los trabajadores de la educación somos parte y queremos seguir profundizando.
Mónica Beltrán: ¿Qué conclusiones, que plan de acción regional común están pensando?
S.A.: Por un lado avanzar hacia el fortalecimiento de la educación pública en todo el continente con una perspectiva emancipadora. Es decir, los trabajadores de la educación organizados, nutrir las luchas que se vienen desarrollando; fortalecer las conquistas y avanzar en la agenda de lo que hay aún por construir, de lo que aún está pendiente.
M.B.: ¿Qué sería lo que está pendiente?
S.A.: Acrecentar el financiamiento, que ha sido en esta década una de las cuestiones en las que se ha recentrado la mayoría de los países del continente, particularmente en América del Sur. Hemos visto contrastes en lo que pasa en América Central, donde aún priman las lógicas neoliberales, con procesos muy duros para seguir sosteniendo el compromiso de los trabajadores de la educación y
de los estudiantes. Donde ser estudiante o trabajador de la educación representa la vida, como aconteció con los estudiantes de Ayotzinapa, pero esto también sucede en Honduras, en Guatemala.
Son luchas muy dificultosas. Por otro lado hay países en los que se ha ido avanzando y se ha centrado en la responsabilidad del Estado como garante del derecho social de la educación, se ha avanzado en financiamiento y creemos que eso, precisamente, los datos de la Unesco plantean que el avance en la escolarización en todo el continente, en todos los niveles, en la erradicación del analfabetismo, el acrecentamiento incluso en el nivel superior universitario y no universitario, significa que tenemos que seguir pensando que la educación pública se tiene que seguir fortaleciendo con mayor inversión, los programas de formación que se vienen dando. Estuvimos alertas ante los intentos de aquéllos que quieren volver a la lógica de los 90 y con discursos enmascarados plantean estrategias de privatización o disciplinamiento de los trabajadores de la educación.
M.B.: Vos hablabas recién de financiamiento. Ayer hubo un anuncio del candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, que llevaría, en caso de acceder a la Presidencia, al 8% del PBI, la inversión para educación. Eso para ustedes es bienvenido, suficiente, creen que alcanza, que está bien, que está en los parámetros necesarios.
S.A.: Para nosotros es muy importante, porque es un eje de la Ctera, que en esta etapa es necesario avanzar en una nueva ley de financiamiento, que fundamentalmente volvemos a plantear, que siga acrecentando la inversión en educación porque aún se necesitan más construcciones; el desafío de la escolarización o de la universalización del nivel inicial. Y la extensión que hace la obligatoriedad al nivel secundario, la Ley de Educación, tanto las nacionales como las provinciales, implican construcciones, equipamiento, creación de nuevos cargos docentes, incluso el desafío de pensar la educación del Siglo XXI que es una de las cuestiones que expresaron los análisis y los debates. Nuevas formas de la organización escolar, de qué manera se ponen en movimiento propuestas pedagógicas que hoy son visibles, pero tal vez, una de las cuestiones que precisamente ahí estuvo el desafío del Movimiento Pedagógico Latinoamericano, es mostrar que la escuela del postneoliberalismo ya se está construyendo en América Latina. Esa escuela con una impronta de compromiso con su tiempo histórico, con sus pibes, con sus comunidades, sus pueblos. Hemos visto nosotros en la provincia de Buenos Aires, más de 2000 proyectos con esa identidad, con ese compromiso que recién te planteaba. Más de 20000 trabajadores de la educación se comprometieron en ver de qué manera seguimos avanzando, pensando que la educación es una herramienta de liberación para los pueblos; que permite leer la realidad pero fundamentalmente construir conocimientos para seguir transformándola. Hubo mucha alegría, mucha mística, mucha fuerza. Porque aquel trabajador de la educación que se compromete todos los días con sus pibes, con sus comunidades, lo hace sobre esta direccionalidad, entendiendo que su aporte a seguir cambiando las condiciones de vida de nuestros pueblos, se da desde el aula, y ahí hay una batalla cultural maravillosa que nosotros ratificamos en el marco del Movimiento Pedagógico Latinoamericano que queremos seguir desarrollando.