Las normativas vigentes de detección precoz en el embarazo permiten al obstetra contar con estudios que deben ser rutinarios en el control evolutivo de un embarazo normal, evitando demoras en los tiempos en que deben realizarse el control más intensivo y tratamiento adecuado para minimizar los riesgos que se pudieran suscitar.
Lo que SUTEBA solicita es la inclusión de cuatro exámenes de detección preventiva (Chagas, Toxoplasmosis, Sífilis y HIV) a efectos que se consideren rutinarios y sean incluidos en la chequera que forma parte de la atención dentro de esquema del Plan MAMI.
Detección de Chagas
En Argentina la prevalencia de chagas en las mujeres embarazadas varía entre el 4.4% y el 50%. La probabilidad de contagio transplacentario es baja, pero podría causar abortos, muertes fetales, recién nacidos prematuros y/o desnutridos y polihidramnios agudo. Sin embargo, en aproximadamente el 97% de los hijos de madres chagásicas no existe compromiso fetal ni alteraciones en el crecimiento.
Debe hacerse rastreo de chagas por serología a todas las embarazadas en la primera consulta. Si se considera que el riesgo es muy alto, el dosaje debe repetirse en el tercer trimestre.
Detección de Toxoplasmosis
Se estima que el 30% de las mujeres presentan títulos positivos, y en ellas los fetos no tienen mayor riesgo. Las embarazadas seronegativas se consideran población de riesgo, ya que si se infectan durante el embarazo existe un potencial riesgo de infección fetal. Es raro el pasaje al feto en el primer trimestre, pero si sucede produce daños irreversibles (coriorretinitis, uveítis, miocarditis, meningoencefalitis y muerte fetal). La transmisión al feto es más común durante el tercer trimestre, y provoca una infección fetal que se diagnostica generalmente en la infancia.
El rastreo de la toxoplasmosis se debiera realizar con IgG a todas las embarazadas en la primera consulta. Si es negativa se repetirá en el segundo y tercer trimestre. Si es positiva se realizará par serológico a las 2 semanas e IgM (teniendo en cuenta el esquema propuesto en la guía de control prenatal del Ministerio de Salud). Si los títulos son estables se trata de infección previa; si no lo son se enviará a la paciente a infectología para determinar necesidad de tratamiento específico.
A las mujeres seronegativas se les debe recomendar no estar en contacto con los gatos y comer todos los alimentos bien cocidos (principalmente las verduras).
Es importante aclarar que a pesar de la gran cantidad de estudios que se han realizado, aún no se conoce si el tratamiento de las mujeres con toxoplasmosis aguda disminuye la transmisión congénita del parásito. Las recomendaciones se basan en la guía del Ministerio, pero la evidencia para aconsejar o no el rastreo para todas las embarazadas es insuficiente (Tipo C).
Sífilis
La sífilis puede infectar al feto a través de la placenta y causar aborto, mortinato, malformaciones y enfermedades neonatales. El contagio por vía congénita se produce partir de la semana 9, aunque la transmisión tiene lugar generalmente luego de la semana 16. La prevalencia de la enfermedad en la Argentina es alta; la detección precoz y el tratamiento oportuno disminuyen la posibilidad de contagio al feto.
Se solicita VDRL en la primera consulta. Si la primera determinación se realizó antes de la semana 20 se repetirá en el tercer trimestre.
Si VDRL es no reactiva: seguir con el control de bajo riesgo repitiendo la prueba al tercer trimestre.
Si VDRL es reactiva: se deberá realizar pruebas de confirmación (como FTA abs) y referir al nivel adecuado. Si la FTA abs es positiva la madre deberá recibir tratamiento, ya que desde la incorporación de la penicilina diminuyó la sífilis neonatal. Tener en cuenta que los tratamientos con penicilina en la segunda mitad del embarazo tienen mayor riego de presentar reacción de Jarisch-Herxheimer.
VIH
El riesgo de transmisión vertical es cercano al 30% en las embarazadas sin tratamientos y desciende a menos del 8% con tratamiento (en Argentina se estima que es del 2.8%). Por ello la detección del VIH durante el embarazo es de fundamental importancia. Se debe solicitar serología en la primera consulta (siempre con consentimiento de la paciente), con ELISA. Si es positivo se realiza nuevamente ELISA y si vuelve a dar positivo se confirma con WB. Esta paciente será direccionada hacia un centro de mayor complejidad, para el tratamiento específico.