26/11/2015
A días del inicio de la Cumbre de París, la Comisión de Ambiente y Cambio Climático de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA de los Trabajadores de Argentina, participó junto a compañeros de otras Centrales Sindicales de Argentina, Brasil, Perú y República Dominicana y de diferentes , del Taller de Articulación organizado por CSA y FES, en Montevideo Uruguay los días 26 y 27 de octubre, con el objetivo de arribar a un documento común que exprese la voz de sectores populares de nuestra región, frente a la crisis climática.
Ramón Méndez( Director de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay) manifestó: "Nada permite afirmar que París sea el nacimiento de un acuerdo climático aceptable. La pugna entre los países industrializados, la controversia en la política interna de Estados Unidos con respecto a este tema, los gigantescos intereses económicos que están en juego, los lobbies que conspiran contra el planeta y la indiferencia generalizada ante las catástrofes climáticas que acechan a los países menos desarrollados no ofrecen ninguna garantía de éxito. Habrá acuerdo, sin dudas, pero éste será mínimo, muy lejos de las necesidades estructurales del cambio climático".
Desde CSI, Anabella Rosemberg coincidió con el funcionario uruguayo sobre las malas expectativas de consenso en las reuniones preparatorias a la COP21. Afirmó que si el acuerdo, como se prevé, no estuviera a la altura de lo que hemos luchado y esperábamos los trabajadores, deberemos redoblar los esfuerzos para dejar en claro qué significa el acuerdo para el mundo del trabajo, contribuir y presionar en las agendas nacionales y movilizarnos antes, durante y después de la COP21.
Rafael Freire ( Sec. De Pol. Económica y Desarrollo Sustentable de CSA) Hizo referencia a tres momentos (Pre Paris - París - Pos París). Puso el acento en esta última etapa como momento clave para la CSA y la necesidad de construir sobre el acumulado en la Región, con el guión de la PLADA y en articulación con UNASUR y otros organismos regionales.
Los compañeros referentes de las organizaciones propusieron a París como una buena instancia para volver a instalar nuestra agenda, identificar aliados, acordar planificaciones conjuntas que permitan dar continuidad al trabajo, reforzar la lucha por la democracia y el Buen Vivir, y generar nuevos espacios comunes.
Desde la CTA de los Trabajadores, se expuso el trabajo realizado por la Comisión Nacional de Ambiente y Cambio Climático y en conjunto con las Centrales Argentinas CGT y CTA-A y se presentó, como aporte, al posicionamiento regional. el Documento de acuerdos de la jornada del 20 de agosto realizada en Buenos Aires
Posicionamiento Político de organizaciones sociales de América Latina y el Caribe hacia la COP 21
CONSIDERAMOS
Que la crisis actual no se trata únicamente del calentamiento global. Es también una crisis socio-económica, política, alimentaria, energética y ecológica. En suma, una crisis sistémica cuyas afectaciones son visibles a nivel global. Esta crisis tiene origen en el sistema capitalista que a su vez se sustenta en un modelo de producción y consumo extractivista, depredador de los bienes comunes y de la fuerza de trabajo, creado en función de favorecer los intereses de las grandes corporaciones transnacionales.
Entre los efectos de la crisis vemos el incremento de la discriminación y la violencia en especial contra las mujeres, las migraciones forzosas, la pérdida de soberanía sobre el patrimonio natural y la imposibilidad de seguir existiendo como comunidades originarias y de vivir en armonía con la Madre Tierra.
Si bien los impactos de la crisis climática son evidentes a nivel global, es en el Sur global donde esas consecuencias se están manifestando de forma aguda por medio de los eventos climáticos extremos, deslaves, deshielos, inundaciones, sequías, entre otras manifestaciones.
Para hacer frente a esta crisis creemos que es necesario un cambio de sistema, que modifique radicalmente nuestros patrones de producción y consumo, y que tenga como objetivo la protección del medio ambiente como forma de hacer posible la sustentabilidad de la vida.
DENUNCIAMOS Y RECHAZAMOS
1. Que el proceso multilateral de las negociaciones del clima, en el ámbito de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), ha conducido cada vez más a la privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza y los bienes comunes, desatendiendo las verdaderas causas estructurales del cambio climático. Asimismo, en las tratativas los estados desarrollados han logrado salirse de sus obligaciones y responsabilidades históricas por la crisis del clima. Actualmente se cuenta con una negocación basada en promesas de reducción de emisiones y que implicaría a todos los estados miembros de la Convención.
2. La captura corporativa de la Convención del Clima, que debe ser combatida urgentemente como forma también de proteger el multilateralismo. Somos defensores de ese multilateralismo, crucial para que todos los países puedan participar en las negociaciones y que así los estados en desarrollo puedan reivindicar sus posiciones. No obstante, es necesario seguir alertando de la captura corporativa de la CMNUCC y luchar para erradicarla.
3. La aceleración de los procesos de privatización, mercantilización y financiarización de la naturaleza como parte de las estrategias utilizadas por las corporaciones, basados en los principios de la economía verde, que no son otra cosa que falsas soluciones a la crisis climática. Esas falsas soluciones a su vez intensifican el acaparamiento de tierras y territorios y profundizan la violación de derechos de las comunidades locales. Así lo hemos reafirmado en la Conferencia Latinoamericana sobre Financiarización de la Naturaleza que realizamos en agosto de este año en Belém do Pará, Brasil, muchas de las organizaciones y movimientos sociales abajo firmantes.
4. Las falsas soluciones, que están siendo promovidas y profundizadas para el posible Acuerdo de París. Algunas de ellas son: los mercados de carbono, proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques (REDD), transgénicos, agrocombustibles, megaproyectos hidroeléctricos, centrales nucleares, fractura hidráulica ("fracking"), agricultura climáticamente inteligente, manipulación en gran escala de los sistemas de La Tierra (Geoingeniería), Economía de los Ecosistemas y de la Biodiversidad (TEEB).
5. A las grandes empresas, instituciones financieras internacionales, agencias de desarrollo, entre otros actores que, en complicidad con muchos gobiernos, promueven los marcos institucionales para avanzar aún más en la mercantilización y despojo de nuestros territorios. De esa forma se otorgan nuevos derechos a las grandes corporaciones transnacionales por encima inclusive de la soberanía de nuestros pueblos. Esta arquitectura de la impunidad se expresa en los Tratados de Libre Comercio (TLC), Tratados Bilaterales de Inversiones (TBI), el Acuerdo Transpacífico (TPP), el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TISA), la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) y todos aquellos que atentan contra la soberanía y autodeterminación de los pueblos. Respaldamos el proceso de negociación en el marco del "Grupo de Trabajo intergubernamental de composición abierta sobre las empresas transnacionales y otras empresas con respecto a los derechos humanos", creado por el Consejo de Derechos Humanos de ONU para instaurar un tratado legal que obligue a las corporaciones transnacionales a respetar los derechos humanos. Seguiremos vigilantes y activos en las negociaciones de ese Grupo de Trabajo.
6. El modelo de dominación y opresión que sustenta la deuda, que a través del pago de los servicios de la deuda externa e interna, continúa desviando los ya de por si limitados recursos existentes para la inversión social. Los recursos desviados podrían utilizarse para hacer frente a las consecuencias que el cambio climático tiene en la vida de nuestros pueblos. Hablamos de una deuda económica, pero también climática, social, ecológica.
DEMANDAMOS
En el camino para la construcción de soluciones reales a la crisis, es urgente:
1. Que los países desarrollados se comprometan a reducciones de emisiones drásticas en base a su responsabilidad histórica y capacidades respectivas, a transferencia de fondos para adaptación y mitigación del cambio climático en el Sur global y a transferencia de tecnologías.
2. Poner fin a los procesos de persecución, desaparición, torturas y asesinatos de luchadores sociales y defensores de los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, ordenados por corporaciones en América Latina y diversas partes del mundo. Además, parar con la represión y criminalización de la protesta social de parte de numerosos gobiernos.
3. La incorporación y reconocimiento de alternativas para el Buen Vivir, la sustentabilidad de la vida, la defensa de los bienes comunes y la Madre Tierra. En este sentido, reivindicamos las formas de vida de los pueblos indígenas y campesinos, y su cosmovisión en absoluta armonía con la naturaleza, basados en principios de justicia ambiental, social y climática.
4. Que se promueva la libre determinación territorial y el autogobierno, la soberanía alimentaria, un cambio global de la matriz de energía que lleve a la transición de los combustibles fósiles y de lugar a la soberanía energética, la economía solidaria y feminista, el manejo comunitario de los bosques y territorios y del agua. Esto hace parte del paquete de soluciones reales que consideramos urgentes para hacer frente a la crisis sistémica.
5. El cambio de sistema debe implicar una transición justa, a ser construida con los trabajadores y trabajadoras y el conjunto de la sociedad. Esta transición pasa además por asegurar el empleo decente, la libertad de organización, la garantía de derechos fundamentales como la negociación colectiva, la huelga, el acceso a la salud, el diálogo social, mecanismos que aseguren la recalificación profesional. Pasa también por el establecimiento de una amplia red de seguridad y protección social, entendida como un derecho humano, además de políticas públicas que garanticen formas de trabajo dignas.
6. En ese sentido, reivindicamos la Plataforma de Desarrollo de las Américas (PLADA) desarrollada por la Confederación de Sindicatos de Trabajadores y Trabajadoras de las América (CSA), que contiene entre otras cosas el marco y el camino de la transición justa que demandamos.
7. Estas ideas presuponen también la ampliación del concepto de trabajo, el reconocimiento del trabajo de las mujeres y el equilibrio entre la producción y reproducción, para que esta última no sea una atribución exclusiva de las mujeres.
DESDE AMÉRICA LATINA NOS SUMAMOS A LAS MOVILIZACIONES
Estamos respaldando el proceso de trabajo e impulso a las manifestaciones de la Coalición Francesa, que aglutina a diversas agrupaciones sociales y organiza las actividades para que nosotros y nosotras, como pueblos del mundo, coloquemos nuestras denucias y demandas en París, y al mismo tiempo en numerosas partes del planeta.
Lo hacemos desde el acumulado que hemos trazado en las luchas y proceso comunes, en momentos como la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba (Abril 2010, y que tuvo su segunda edición del 9 al 12 de octubre pasados), la Cumbre de los Pueblos de Río+20 (Junio 2012), la Pre Cop Social de Isla Margarita (Noviembre 2014) y la Cumbre de los Pueblos de Lima (Diciembre 2014).
En este camino que estamos transitando llamamos a fortalecer los lazos de hermandad, solidaridad y acción, en procesos que apunten a la construcción de sociedades y colectividades justas, equitativas, donde los derechos de los pueblos y los de nuestra tierra se respeten.
Convocamos a profundizar las resistencias locales, regionales y globales contra la implementación de las falsas y peligrosas soluciones al cambio climático, al tiempo que aumentar la promoción de las verdaderas soluciones que ya existen y provienen de los pueblos.
Exhortamos a mantener las movilizaciones y la denuncia activa del curso de las negociaciones del clima, que favorece a las grandes corporaciones transnacionales y gobiernos de los países desarrollados.
Finalmente, llamamos a manifestarnos en todos los espacios y territorios para apoyar las más de dos semanas de movilizaciones de París 2015 (del 28 de noviembre al 12 de diciembre). Entendemos que esa instancia será un momento importante de convergencia con organizaciones y movimientos sociales de diversas regiones, en un camino mucho más largo por la justicia climática, que nos debe aportar para acumular fuerzas y seguir adelante en nuestras luchas comunes.