Es un testimonio de los esfuerzos que desde el siglo pasado realizaron los rosarinos, que en 1898 llevaron a cabo las investigaciones históricas que determinaron el lugar exacto donde se enarboló por primera vez la bandera nacional. Y el 9 de julio de ese año se colocó en ese lugar la piedra fundamental del futuro monumento. La misma piedra que hoy se encuentra en la Cripta.

En 1910, bajo la presidencia de José Figueroa Alcorta, se destinaron los fondos para la construcción de un monumento a la bandera, y a continuación se le encargó la ejecución a la artista tucumana Lola Mora. Ésta comenzó a realizar las estatuas en Italia, y a medida que las iba terminando las fue enviando.

Pero las estatuas de desnudos que realizó la artista -como la Fuente de las Nereidas de Buenos Aires- generaron pavura de la sociedad victoriana de la época, y como consecuencia el proyecto fue desestimado. Las estatuas deambularon por la ciudad, hasta que en 1977 fueron restauradas y pasaron a integrar el grupo del Pasaje Juramento.

Tras la anulación del contrato con Lola Mora, 18 años después, la Comisión Pro-Monumento a la Bandera, convoca a un Concurso de Anteproyectos, y lamentablemente los proyectos no alcanzaron las expectativas del Jurado, quedando nuevamente en la nada.
Finalmente, en marzo de 1939, durante la presidencia del Ortiz, se emite un decreto presidencial que llama a concurso de planos y presupuesto para la construcción del tan ansiado monumento. Ante esa situación se presentaron doce anteproyectos, y el jurado se expidió el 22 de septiembre de 1940, otorgando cuatro premios y tres menciones.

El lema ganador es el presentado bajo el nombre de “INVICTA”, y sus arquitectos fueron Alejandro Bustillo y Ángel Francisco Guido, y sus escultores Alfredo Bigatti, y José Fioravanti. Las obras comenzaron en 1943 y se dieron por concluidas catorce años después. La inauguración oficial fue el 20 de junio de 1957 en ciudad de Rosario.

El monumento está conformado por tres partes las cuales se denominan “La Torre”, “El Patio Cívico” y el “Propileo”.
La Torre es el lugar donde se asciende al mirador punto panorámico que domina el centro de la ciudad, el Parque Nacional a la Bandera y las barrancas e islas del Paraná, donde Belgrano emplazó sus baterías (Libertad e Independencia) para la defensa de la patria en la guerra de la Independencia.

En esta parte del monumento se encuentran una serie de esculturas que representan a la Nación, como son: La Pampa, Los Andes, Océano Atlántico, Río Paraná, Este, Norte, Oeste, Sur; que fueron realizadas por los escultores antes mencionados. Así mismo se encuentra la parte interna de la torre la cripta del General Belgrano, realizada por José Fioravanti.

Luego desde El Patio Cívico se observa la escultura que representa a nuestra Madre Patria, obra que realizó José Fioravanti, que posee un privilegiado escenario el cual es usado para fiestas y recitales populares de Rosario.

Por último se encuentra el Propileo, donde se vislumbra la Llama votiva (Llama Sagrada) al soldado desconocido, honrando a todos los caídos por la Patria. Este sector cuenta con las esculturas realizadas por A. Blarasín y J. Deharde que representan la evolución que tuvo el continente Americano. Las esculturas son 4 y sus nombres son América Indígena, América Colonial, América Constitucional, y América Futura. Debajo del Propileo encontramos la  Sala de Honor de las Banderas de América.
La obra en su conjunto simboliza la Nave de la Patria surcando las aguas del mar de la eternidad en procura de un destino glorioso. A través de los diferentes conjuntos escultóricos se representan valores económicos, espirituales, históricos, geográficos y telúricos de nuestra nación.



Nota:
Pasaje Juramento: es el lugar donde fueron colocadas las obras realizadas por Lola Mora en 1977, inaugurándose el 7 de octubre de 1997. Luego, el 27 de febrero de 1999, se finalizó la parte que vincula a la Plaza 25 de Mayo con el Monumento Nacional a la Bandera.
 
Fuente: Cien Años de Turismo Argentino - www.cienaniosdeturismo.gov.ar