La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO recomiendan la ingesta de menos de 5 gramos diarios de cloruro de sodio incluyendo el proveniente de todas las fuentes de alimentos y bebidas.
El consumo promedio de sal en Argentina alcanza los 11, 2 gr por persona, siendo de 12,7 para los varones y 9,8 para las mujeres. Estas cifras duplican con creces el valor recomendado por consensos de expertos en el ámbito internacional.
El problema del consumo excesivo de sal se relaciona con la hipertensión arterial y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares con las secuelas discapacitantes que pueden generar y hasta la posibilidad de morir por ellas a edades tempranas.
El Ministerio de Salud de la Nación viene trabajando en este tema los últimos años, desde su Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, donde se ha asumido la responsabilidad del Estado de regular sobre los alimentos que se comercializan y llegan a la mesa y a la boca de las personas, no solamente en su contenido de sal sino también en lo que respecta a grasas trans. Este espacio de intervención resulta fundamental para contribuir a garantizar la posibilidad del acceso a una alimentación saludable, ya que las campañas que tradicionalmente se centran en la responsabilidad de las personas individuales para reducir la ingesta de sodio, no tienen en cuenta que para poder "elegir" hay que disponer de alimentos saludables accesibles (especialmente en lo económico) y hay que tener información adecuada sobre las características de lo que se compra a la vez que criterios acerca de lo que es más adecuado en cada caso.
En tal sentido, junto al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la cartera de Salud rubricó un convenio marco sin precedentes en la región con la COPAL, cámaras alimentarias y empresas con el objetivo de reducir el contenido de sodio en los grupos de alimentos procesados prioritarios.
Con ese propósito, conjuntamente con la FAIPA y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), es que el ministerio ha desarrollado acciones en las panaderías artesanales para que produzcan pan con menos sal y sin sal -en base a la medida recomendada-, experiencia que permitió la reducción de un 25 por ciento de sal en el pan elaborado en más de 6.000 panaderías del país.
¿Sabías que...?
-Las panaderías que tiene un afiche con la leyenda "Menos sal, más vida" son las que cumplen las directivas de la autoridad sanitaria de reducir la concentración de sodio en el pan común
-El impacto esperado de reducir 3g/día por persona el consumo de sal es el de evitar 6000 muertes por eventos cardiovasculares cada año en nuestro país
-El gusto se vuelve más sensible a los sabores en general cuando se reduce el consumo de sal
-Es recomendable no agregar sal durante la cocción de los alimentos porque se requiere utilizar más cantidad para lograr el mismo sabor. En ese momento de la preparación es mejor usar otros condimentos naturales.
-Es importante leer las etiquetas de los alimentos procesados y poder comparar su composición y contenido de sodio.
-Aguas minerales y mineralizadas de distintas marcas no tienen la misma concentración de sodio y es conveniente leer la etiqueta para poder elegir la más conveniente en cada caso