El contingente de jubilados, provenientes de las seccionales de Lanús, Vicente López, La Plata, Morón y Florencio Varela, salieron de Buenos Aires el 8 de junio.

Los recibió el azul celeste del cielo de Humahuaca, tan profundo e intenso como las ganas de disfrutar de los compañeros. Allí comenzaron a vivenciar la hospitalidad de los norteños, caminaron sus callecitas, admiraron artesanías y hasta algunos pudieron ubicar la casa de la querida compañera Marina Vilte.

Atravesando la quebrada, Tilcara y Purmamarca fueron el próximo destino. A esa altura, el color de los cerros pintarrajeados se apoderó de nuestros ojos e hizo de este destino una experiencia inolvidable, sin saber que nos esperaba un color más... el blanco puro de Salinas Grandes después de una magnífica subida por la Cuesta del Lipán. La foto grupal unió a los compañeros desplegando la bandera del SUTEBA para decir ¡presente!.

Otros lugares visitados fueron La Quiaca y su frontera con Villazón en nuestro país hermano de Bolivia, donde allí realizamos paseos y compras. También fuimos al mágico Yavi y su iglesia milenaria. El ocre, la soledad y el silencio de la puna jujeña.

Salta, La Linda, nos asombró con la majestuosidad del camino hacia Iruya, un pueblo soñado en medio de las montañas. Y, para ponerle fin del recorrido, el último e intenso color rojo de la Quebrada de las Conchas, camino a Cafayate. Sus formas erosionadas por el viento bajo el cielo límpido que siempre nos acompañó. Allí, en el Anfiteatro, típica formación con excelente acústica, todo visitante prueba su voz asombrándose. No podía faltar la voz de nuestro compañero Roberto quien no pudo dejar de cantar un tanguito.


Como brindis final, unos buenos vinitos de las bodegas cafayatenses y un regreso que aún nos iba a brindar mucho más: faltaba la pasada por el Infiernillo, Tafí del Valle y Termas de Río Hondo, lugar donde cantamos el himno juntos mirando el partido de Argentina-Bosnia, el primero de nuestra selección en el Mundial de Brasil.

Los compañeros acordaron todos en que esta es una experiencia a repetir. Se destacó el viaje por el paisaje, la buena onda y el compañerismo del grupo, por eso mismo los compañeros rescatan que harían este viaje de nuevo.