Todas las penas deberán cumplirse en cárcel común, en unidades del Servicio Penitenciario Federal. En un fallo ejemplar, los jueces también dispusieron que los imputados condenados del Ejército, Policía Federal y Servicio Penitenciario Bonaerense sean dados de baja. Además, ordenaron investigar a los responsables del diario La Nueva Provincia, por posibles delitos de acción pública. Cada vez se avanza más sobre la participación civil en el plan sistemático de exterminio: la impunidad ya no es posible para los Ford, Mercedes-Benz, la parte de Iglesia que fue genocida, Ledesma, Loma Negra, y tantos otros.
Todos los delitos juzgados y condenados en Bahía Blanca, cometidos contra 90 víctimas, fueron enmarcados como crímenes de lesa humanidad, cometidos en el marco de un genocidio. Fue la primera vez que se juzgaron las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura cívico-militar en esa ciudad. Desde temprano, los compañeros y compañeras empezaron a llegar a Av. Colón, con banderas, fotos, remeras, cantos, reivindicando a los 30.000 compañeros: con la justicia en el cuerpo. Los familiares caminaban por las calles con las fotos de los desaparecidos.
Cerca de las 20 terminó la lectura. Juan Manuel Bayón, Hugo Delme, Jorge Granada, Norberto Condal, Carlos Taffarel, Mario Méndez, Hugo Fantoni, Walter Tejada, Jorge Mansueto Swendsen, Jorge Masson, Osvaldo Páez, Vicente Forchetti, Héctor Abelleira, Héctor Gonçalves recibieron la pena de prisión perpetua. Además, Carlos Contreras fue condenado a 18 años, y Andrés Miraglia y Héctor Selaya a 17 años y 6 meses.
Cuando la condena social, la voluntad política y la decisión del Estado por terminar con la impunidad se cruzan, el estallido es una patria con justicia. Somos la generación que empezó a militar cuando la impunidad era política de Estado, los genocidas caminaban por las calles y el silencio y el olvido eran las propuestas oficiales.
Llegamos hasta acá con perseverancia, lucha, compromiso, un largo camino andado, empezado por los pañuelos blancos. Y vamos a seguir, por lo que falta.