Estas actividades estuvieron a cargo de dos licenciadas en nutrición: Andrea Graciano y Fernanda Robalo.
En el Centro de Salud de Avellaneda, acompañaron la actividad la Secretaria de Salud de la Seccional Melina Ansejo y la Responsable Gremial Silvia García. Mientras que el taller que se desarrolló en Centro de Salud de Lanús contó con la participación de la Responsable Gremial Silvia Difresco. En ambos Centros las actividades estuvieron acompañadas por la Coordinadora Médica Marta Aranciaga y los profesionales del Equipo de Salud de cada uno de ellos.
La iniciativa está enmarcada en el Programa de Alimentación instrumentado por la Secretaría de Salud.
Participaron de los encuentros 31 personas, de los cuales 17 correspondieron al Centro de Salud de Avellaneda y 14 al de Lanús. Los ejes temáticos que se trabajaron fueron los siguientes:
* Informar sobre elección y selección de nutrientes y platos más adecuada en cada situación para lograr una alimentación saludable
* Problematizar y analizar la práctica alimentaria cotidiana
* Información sobre la grafica de Alimentación Saludable y los consejos de la guía alimentaria para la población Argentina
* Promover la construcción de estrategias alimentarias individuales y/o colectivas que acerquen una solución al problema en cada contexto y con la singularidad de cada lugar de trabajo
* Informar sobre los beneficios de realizar actividad física
En cuanto a su dinámica, los talleres comenzaron con la modalidad de “lluvia de ideas” sobre el concepto de “comer bien” y, posteriormente, se brindó a los participantes un autotest sobre hábitos alimentarios. A continuación, las licenciadas desarrollaron los diferentes grupos de alimentos de la guía alimentaria y los 10 mensajes que nos brinda esta herramienta para nuestra población. La actividad finalizó con la evaluación de los autotest realizados. Cabe destacar el interés y la activa participación de todos los presentes.
Respondiendo a los objetivos de nuestra política de salud, durante todas las actividades se trabajó poniendo énfasis en la importancia de los controles preventivos de salud, recuperando la dimensión de la alimentación como un hecho social total, que involucra todas las prácticas cotidianas. En este sentido, abordamos la problemática no viendo a la comida sólo en términos de nutrientes sino de las relaciones sociales que llevan a que eso sea considerado como tal, y sus efectos no sólo en el organismo, sino en la organización social.
EL PROBLEMA ALIMENTARIO: UN HECHO SOCIAL
Problemáticas como el sobrepeso y la obesidad –entre otras- han ganado un lugar prioritario en la agenda de trabajo de este Sindicato.
¿Se puede abordar en términos de prevención?
Sí, porque acciones preventivas son aquellas orientadas a evitar la aparición de enfermedades específicas, reduciendo su incidencia y prevalencia en poblaciones definidas. Requiere una acción anticipada basada en el conocimiento de la historia natural de la enfermedad y la epidemiología. Utiliza para sus intervenciones la divulgación de información científica y de recomendaciones normativas.
¿Es suficiente trabajar desde un enfoque preventivo y de educación para la salud?
No. No solamente sería insuficiente sino que sería incorrecto.
¿Puede enfocarse entonces desde la promoción?
Sí, porque la promoción de la salud se define de un modo más amplio que la prevención, se refiere a medidas que no se dirigen a una determinada enfermedad o desorden, pero que sirven para aumentar el nivel de salud y el bienestar general.
Promover es dar impulso a, promover, generar. Sus estrategias se centran en la transformación de las condiciones de vida y trabajo, entendidas como los factores subyacentes a los problemas de salud, y demandan por ello abordajes intersectoriales.
Para trabajar correctamente el problema alimentario es necesario recuperar la dimensión de la alimentación como un hecho social total, que involucra todas las prácticas sociales. Trabajar desde una perspectiva comprensiva (qué come y por qué come así), y no normativa (qué tiene o no que comer). No ver la comida solo en términos de nutrientes sino de las relaciones sociales que llevan a que eso sea considerado como tal y sus efectos, no sólo en el organismo de los comensales, sino en la organización social.