En la puerta de las escuelas medias de Tigre circuló una camioneta que repartía Red Bull, una bebida "energizante" distribuida gratuitamente a los y las adolescentes. La escena, que entendemos no debe estar localizada sólo en este Partido, puso en alerta al Equipo de Salud, quien recibió la denuncia y rápidamente produjo esta nota con la que nuestro sindicato elaborará un folleto para trabajar en conjunto con el Comité de Salubridad Distrital, para alertar sobre tales promociones y para informar sobre los riesgos del consumo de estos estimulantes o desfatigantes.
Red Bull es la marca de una bebida que se publicita para su uso especialmente en personas jóvenes promocionando su capacidad para aumentar el rendimiento físico, mejorar la concentración y la coordinación psicomotriz, acelerar los reflejos, mejorar el estado de alerta y anímico, así como para "reducir" los efectos depresores del alcohol en el sistema nervioso central. Los efectos mencionados dependen de su composición química que incluye cafeína, taurina, glucuronolactona, vitamina B y azúcar entre otros elementos.
Pero los riesgos de su consumo para la salud son enormes. El principal se vincula con la dosis de cafeína que aporta (85 mg en una lata de 250 ml) y del uso combinado con alcohol en la preparación de bebidas en lugares nocturnos, del uso combinado con éxtasis, así como de su consumo en condiciones de deshidratación y/o de exigencias físicas aumentadas.
Los daños en el organismo pueden ir desde arritmias cardíacas y aumento en la presión arterial hasta infartos de miocardio en personas jóvenes con corazones sanos y sin antecedentes coronarios conocidos. También puede haber accidentes cerebrovasculares, trastornos de ansiedad, temblores e irritabilidad.
Como bien señalan especialistas en toxicología, esta bebida no es energizante sino "desfatigante" o "estimulante". Esto significa que el cansancio está, pero no se percibe, quita la sensación de fatiga, reduciendo el descanso y sus beneficios naturales. Del mismo modo retrasa el efecto depresor del alcohol sobre el sistema nervioso central, permitiendo tomar mayores cantidades con la consecuente ebriedad e incluso, la posibilidad de llegar al coma alcohólico.
Los jóvenes podrían pensar que Red Bull los ayuda a eliminar el alcohol del organismo, pero eso no es así. La dinámica por la que se metaboliza el alcohol en el hígado hace que lo único que permite deshacerse de él sea el transcurso del tiempo.
Tampoco se trata de una bebida rehidratante (no reemplaza líquidos ni electrolitos en el organismo) ni nutritiva.
Además de la toxicidad sobre el organismo, el daño que encierra la promoción del uso de estos estimulantes es el de fomentar y naturalizar modos de vida en que se premia la aceleración y se pretende que alcanzar rendimientos sobrenormales puede ser posible "mágicamente", sin el tiempo, el esfuerzo y el trabajo sistemático que esos logros pudieran requerir.
Esto además vuelve a priorizar las metas antes que los procesos de trabajo para llegar a ellas.
Iniciativas para restringir su comercialización
Algunas iniciativas en legislaturas municipales, provinciales y en el Congreso nacional apuntan a leyes que restrinjan su comercialización, no permitiendo la venta a menores de 18 años, o prohibiendo su venta en horarios nocturnos en comercios o lugares bailables e imponiendo la inscripción de leyendas informativas acerca de los riesgos de su uso y las precauciones en los envases (latas).
La puerta de las escuelas NO es un lugar en que se pueda aceptar la promoción de estos estimulantes en forma pasiva y acrítica, especialmente cuando se asiste a estrategias de marketing que explotan la asimetría de recursos materiales y simbólicos entre la empresa y los alumnos.
Precisamente, la escuela será el lugar en que el esfuerzo sostenido obtenga resultados, deje ver y sentir los esfuerzos realizados y dé cuenta del tiempo recorrido y no salteado ni transcurrido en vano.
Negocios versus salud pública
Red Bull es una de las mal llamadas "bebidas energizantes" que se comercializa en nuestro país desde el año 2002. Entre las bebidas de su tipo ocupa el segundo lugar en ventas en Argentina. La empresa austríaca que la produce factura anualmente en el mundo más de 2600 millones de euros por su venta en unos 120 países.
Los intereses creados en torno a su comercialización llevaron a que la embajada austríaca, el primer ministro y el ministro de economía de ese país, expresaran su malestar y hasta llevaran el tema a la Organización Mundial de Comercio cuando, en 2005, el ANMAT dispuso restricciones a su fórmula.
En ese año, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica indicó incluir en el envase la leyenda "el consumo con alcohol es nocivo para la salud" y reducir de 35 a 20 mg de cafeína por 100ml en su composición en cumplimiento del Código Alimentario Argentino (Ley nacional 18.284, que establece en su artículo 1000 que las bebidas no alcohólicas pueden admitir hasta 20mg de cafeína cada 100 mililitros en su composición, como medida máxima).