“Las Abuelas, con casi 34 años, queremos dejar un país con ciertas seguridades para los jóvenes, sobre todo la de que nadie deba transitar nuestro camino”, se esperanzó Estela de Carlotto. Y fue al grano: “La situación de Marcela y Felipe es única. Todo lo hacemos por ellos. Queremos saber con ansiedad y amor si son los nietos que buscamos. Este acto es para ellos. Tienen que luchar, liberarse de la opresión”, rogó. “Viven en una jaula de oro, son rehenes de la historia”, definió la presidenta de Abuelas.
El segundo destinatario de su mensaje fue el Poder Judicial. “Esto no es un acto de presión. Estamos reclamando el derecho inalienable de ser libres, de Marcela, Felipe y los cuatrocientos nietos que no saben quiénes son.” “Tenemos la seguridad de que éste es un pueblo de lucha, que está de pie para defender la democracia”, agradeció, y cerró con “dos buenas nuevas”. La primera: la condena al ex policía Luis Falco. “Se hizo justicia, cárcel común”, gritó, y la plaza saltó con el himno de los juicios a represores: “Como a los nazis...”. La segunda “sugiere que algo bueno está por llegar: un apropiador, ex prófugo, detenido en Paraguay, el médico Atilio Bianco, va a ser extraditado”, anunció eufórica.
“Esta es una manera de pedirle a la justicia por la impunidad que tienen algunas personas, porque que estos tipos lleven diez años retrasando una causa por apropiación es una vergüenza”, aseguró Francisco Madariaga, uno de los Nietos. Victoria Montenegro, por su parte, destacó que el acto no era sólo de apoyo a las Abuelas sino “para pedir la verdad para un pueblo entero”: “Ya pasaron más de 30 años desde estos hechos y queremos pedirle al Estado que devuelva a los chicos que se robó y a la justicia en particular que esté a la altura de las circunstancias.”