Cuando hablamos de enfermedades olvidadas nos referimos a aquellas que tienen una incidencia alta, que se producen mayoritariamente en países en desarrollo y que, a pesar de afectar a millones de personas, su tratamiento es caro, ineficaz o inexistente.
La enfermedad de Chagas, la enfermedad del sueño, la leishmaniasis, la malaria, la tuberculosis o la pandemia del SIDA parecen haber caído en el olvido de la comunidad internacional. La falta de voluntad política tanto de gobiernos de países ricos como de países afectados, unida a intereses comerciales internacionales y al afán de lucro de grandes empresas farmacéuticas, hacen que el panorama para millones de enfermos sea desolador. Por todo ello, consideramos que es responsabilidad de los Estados, de organismos públicos y privados, sindicales y relacionados con la salud, en síntesis, del sistema sanitario, continuar o retomar las campañas de promoción y prevención de estas enfermedades de suma importancia para la comunidad en general, pero fundamentalmente, para los sectores más vulnerables, pobres y marginados.
Sin distinción de clases
La TBC está asociada con frecuencia a la pobreza, pero hay que tener en cuenta que la tuberculosis es una enfermedad que no contempla distinciones entre clases sociales. El bacilo de Koch genera enfermedad donde hay carencias alimentarias, malas condiciones de trabajo, hacinamiento habitacional, mal estado de salud, entre otras variables.
El Doctor Ramón Carrillo, Sanitarista y primer Ministro de Salud en nuestro país, hace más de 60 años decía que "frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas".
Como ejemplo de su pensamiento podemos referirnos a algunos de sus dichos íntimamente vinculados a esta enfermedad y el contexto en el cual se desarrolla: "La medicina no sólo debe curar enfermos sino enseñar al pueblo a vivir, a vivir en salud y tratar que la vida se prolongue y sea digna de ser vivida.
Las tareas de los higienistas no rendirán frutos si previamente no se consolidan las leyes obreras destinadas a dignificar la tarea en fábricas y oficinas, a mejorar sueldos y salarios y lograr los beneficios de jubilaciones y pensiones."
Si bien ha sido importante el camino recorrido para frenar esta epidemia, los avances no deberían desviar la atención de los desafíos que aún restan enfrentar: la tuberculosis se sitúa en el segundo puesto de enfermedades infecto contagiosas mortales entre los adultos de todo el mundo. Las tasas de nuevos casos de tuberculosis no descienden en todas las regiones, y tampoco en todos los países.
La TB en EL MUNDO
En el mundo, cada día, cerca de 4400 personas pierden la vida por la tuberculosis y cerca de 30.000 personas enferman de esta enfermedad prevenible y curable. Los esfuerzos mundiales para combatir la tuberculosis han salvado aproximadamente 74 millones de vidas desde el año 2000. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y las desigualdades socioeconómicas, han revertido años de progreso en la lucha contra la tuberculosis y han aumentado aún más la carga sobre los afectados, especialmente los más vulnerables.
La TBC en Argentina
En la Argentina durante el 2020 se notificaron 10.896 casos de tuberculosis, de los cuales 10.268 fueron nuevos y recaídas. Aproximadamente el 84% de los casos se diagnosticaron en la población en edad productiva (20 a 44 años)
La tasa nacional del total de los casos, se ubica en 24,01 por cada 100 mil habitantes -14,8% más baja que la de 2019- con marcadas diferencias entre las jurisdicciones, aunque en todas ellas se presentaron casos de tuberculosis. El descenso en la notificación de casos se debe atribuir principalmente al impacto de la emergencia por COVID-19. Datos preliminares indican que en 2021 se alcanzó el valor de casos de 2019.
La provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires registraron el mayor número de casos, concentrando el 65,94% de los casos notificados del país. Sin embargo, la tasa de notificación más alta la tuvo la provincia de Salta con un valor de 42,40 casos por 100 mil habitantes, mientras que la más baja es de La Rioja, con una tasa de 2,03.
El 17 % de los casos corresponde a niños, niñas y adolescentes –en esta franja etaria la tasa más alta es de CABA siendo de 36,5 cada 100.000 habitantes con un total de 107 casos-. El 76,9% de los casos nuevos diagnosticados fueron con localización pulmonar.
Por último, las muertes por tuberculosis en 2020 fueron 656, lo que representa una tasa de 1,45 por cada 100 mil habitantes.