En el año 1945, los países fundadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acordaron impedir que los horrores cometidos en la Segunda Guerra Mundial (secuestros, torturas, persecuciones y asesinatos masivos) se reproduzcan. A partir de este principio, el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento que se asienta en principios y garantías fundamentales y derechos inalienables de todas las personas que habitan este mundo.
Nuestro país incluye la Declaración Universal de Derechos Humanos y le da jerarquía constitucional a partir de la Reforma de 1994. El concepto de Derechos Humanos hace referencia al sentido de la dignidad humana antes que a cualquier formulación étnica, cultural, jurídica o política, ya que se sostiene en dos pilares esenciales de la humanidad: la libertad y la plena igualdad entre todas las personas.
En nuestro país, además, se cumplen 41 años de Democracia ininterrumpida, que implica la restitución de un Estado de Derecho, que se basa en el cumplimiento de las leyes y las normas que se establecen en la Constitución Nacional.
Hoy estamos frente a un Estado Nacional cuyo Gobierno propicia discursos de odio que estigmatizan y denigran la condición humana, habilitando la violencia verbal y física, en nombre de una supuesta "libertad". Gobierno que despliega, además, políticas de represión, persecución, hostigamiento, desocupación, hambre y miseria, que degradan la dignidad humana de lxs ciudadanxs de este país, debilitan y corroen la Democracia vulnerando los derechos humanos de todas las personas que habitan este suelo y desconociendo los pactos internacionales vinculados a los DDHH que forman parte de nuestra Carta Magna.
Es por esto que lxs Trabajadorxs de la Educación, que sostenemos la Escuela Pública como dispositivo fundamental para defender la Democracia, el Estado de Derecho y los Derechos Humanos, decimos:
¡DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS PARA SIEMPRE!
¡NEOLIBERALISMO, NUNCA MÁS!