El mediodía del 1º de julio de 1974, un comunicado enluta al país: "Perón ha muerto". La noticia estremece a las barriadas humildes y, embargados por el dolor, el desconcierto y el temor por el futuro que se avecina, miles y miles de personas se lanzan a las calles para despedirlo. Al día siguiente, el diario "Noticias" encabeza su portada con un título que expresa el sentimiento de millones de argentinos: "DOLOR".
Durante dos días, sin abandonar sus lugares, a pesar de la lluvia torrencial que se descargaba por la noche, el Pueblo desfilaba silencioso frente al féretro.
"Es elevando a los Maestros, dignificándolos, como vamos nosotros a elevar y dignificar a nuestro propio pueblo. Ellos son el reflejo de todas las actividades presentes y futuras y de lo más noble que la Nación tiene: su juventud. Es a los Maestros a quienes les está confiado el futuro del país. En consecuencia, ese futuro debe estar confiado a hombres cuya condición de dignidad los eleve al magisterio extraordinario que ellos realizan en beneficio del futuro de la Nación. QUIEN OLVIDA A LOS MAESTROS TAMBIÉN OLVIDA UN POCO EL FUTURO DEL PAÍS".
Juan Domingo Perón, 26 de enero de 1954
Fuente: Libro "Clase Trabajadora, nuestra historia".