Los jueces han demostrado su complicidad o incompetencia y emiten un fallo que avergüenza e indigna a una sociedad que está harta de las mafias y las corporaciones. A partir de este y otros casos, la justicia debe hacer una profunda autocrítica sobre el rol que juega en este proceso histórico.
Nuestra solidaridad con Susana Trimarco y todas las víctimas que declararon y hoy se sienten vacías y vulnerables. Con la certeza de que este no es el final del camino, pues, como nos enseñaron las Madres, la única lucha que se pierde es la que se abandona, exigimos Justicia por Marita Verón y todas las víctimas de Trata de Personas que ocurren en nuestro país.