La “Huella de fortines” forma parte de las tradiciones y costumbres típicas de Carlos Casares, y nació como una manera de homenajear a todos los hombres que, en defensa de sus derechos e ideales, lucharon o murieron en esta tierra. Aquí se encontraba una parte de la tercera avanzada de Fortines denominada "Frontera Oeste de Buenos Aires", con cabecera en el Fuerte Paz.
Como todos los años, este 7 y 8 de abril se transitan 100 kilómetros a caballo o en carruajes, en una travesía donde se van visitando distintos lugares históricos e ilustrando con relatos, diferentes sucesos de enfrentamientos entre indios y “milicos”. En la actualidad, ya no son muchas las personas que realizan esta travesía, aunque hay que destacar que los "verdaderos huelleros" siempre están presente y mantienen viva esta costumbre casarense.
En la “Huella de fortines” se atesoran cuerpos de Indios y “milicos” que, en múltiples enfrentamientos, demostraron su coraje y su bravura. Las causas y consecuencias de estos enfrentamientos han sido interpretadas abundantemente por los historiadores y son ajenas al espíritu de este acto de reconocimiento.
Este sencillo homenaje solo intenta reconocer a quienes nos precedieron en el tiempo, en los mismos lugares donde sucedieron atrapantes epopeyas, en las que lamentablemente el hombre se destruyó a sí mismo, tiñendo la tierra de dolorosas y sangrientas historias.
Huella de Fortines es la reivindicación de los olvidados. Es un homenaje al hombre que nos precedió en el tiempo; es beber del paisaje, amargas historias de enfrentamiento y destrucción del hombre por el hombre mismo.
Huella de Fortines es un viaje por el pasado y el tránsito por un presente que reclama innumerables causas de unión.
Huella de Fortines fusiona el tiempo, la naturaleza, la familia, la amistad, la tradición.
Huella de Fortines es la comunión de sentimientos; es la emoción contenida por una historia inmodificable; un acto de reflexión y arrepentimiento por historias del hombre en su pasado. Es el llamado paciente y profundo de confraternidad, unión y solidaridad entre todos los seres humanos.
Huella de Fortines... es el inolvidable viaje por la historia.
La Línea de Fortines
En el año 1869, cumpliendo órdenes del presidente Domingo Faustino Sarmiento, el Ministro de Guerra y Marina Cnel. Martín de Gainza, ordena practicar la corrección de la línea de fronteras, para lo que encomendó la misión de construir los fortines al Cnel. Ingeniero Don Juan T. Czetz (militar de origen húngaro, artífice de la línea de fortines de la Frontera Oeste). Las distancias entre uno y otro era de dos leguas, ubicándolos sobre médanos y próximos a las aguadas. Dentro del Partido se encontraban los siguientes fortines: Fortín Rifles, Fortín Aliados, Fuerte General Paz, Fortín Luna, Fortín Barrera, Fortín Urbero, Fortín Séptimo, Fortín La Larga, Fortín Algarrobos, Fortín Comisario, Fortín Guevara o Bagual (límite con Lincoln y 9 de Julio). Todos pertenecen a la 2da. Avanzada de los fortines.
Estos eran construcciones rudimentarias que buscaban erigirse en lugares altos, contando en las cercanías con aguadas o a la vera de algún río. Estaban rodeados por un ancho foso, protegido por una empalizada y el clásico mangrullo. El Fuerte era más sólido y de mayores dimensiones, tenía más efectivos y por lo general era asiento de Comandancia de Frontera. El Fortín podía tener características similares al fuerte o bien era un simple rancho de adobe con una empalizada precaria y un improvisado mangrullo. Muchas veces estaba su conformación supeditada a los medios y recursos naturales con que contara el Comandante. En su conjunto era un verdadero escudo protector pugnado abrirse paso en la inmensidad del desierto donde a su amparo crecían los nacientes pueblos acosados por las amenazas de los malones.
La vida de los Fortines.
La literatura y el testimonio de los fortines describen la difícil vida en los fortines: "En medio de aquel desamparo y silencio respetuoso, era demandado al soldado una paciencia sin límites, admirable energía y excesiva abnegación, porque la vida en el fortín era penosa e intolerable, atrocísima, horrible", testimonio del Coronel Ramayon.
"Allí no hay placeres ni dulzura, no hay nada que pueda halagar el corazón o el espíritu", testimonio de Eduardo Gutiérrez en "La Vida de la Frontera".
"Aparcero si usted viera,
lo que se llama cantón,
ni envidia tengo al ratón
De José Hernández en el "Martín Fierro"
Huella de Fortines sintetiza un recuerdo que debe ser interpretado como un mensaje de paz y confraternidad entre todos los seres humanos. En pocos años, este encuentro ha tenido una masiva participación, por lo que, la Subsecretaría de Turismo de la Provincia de Buenos Aires lo ha declarado de "Interés Turístico Provincial".
Huella de Fortines recrea la danza, el canto, el teatro, la preservación de las tradiciones, el amor por el caballo y la recordación de una historia reciente aunque esquiva de la memoria nacional.
Huella de Fortines ofrece la posibilidad de compartir una cabalgata durante dos jornadas a "pampa y cielo" donde la amistad, la solidaridad y el compañerismo son la principal característica que la distingue.
La participación en la hulla y la asistencia a los espectáculos es libre y gratuita. También se cuenta con servicio de comida a precios muy económicos y sanitarios en todas las paradas.
Todos los años, en abril y en noviembre (por lo general en la primera quincena) existe una propuesta de miniturismo para todos los amantes de la vida al aire libre, la historia y nuestras tradiciones.
...la Huella es... inolvidable.?